The Fall: ¿Cómo responde Dios al pecado?
¿Quién te ha traicionado, dañado o decepcionado? Cada uno de nosotros ha experimentado estos sentimientos.
¿Te has preguntado como se sentiría experimentar todos estos tipos de maldad todo el tiempo por todas las personas? A medida que estudiamos la doctrina de la Caída, es increíblemente importante que veamos las cosas, tanto como sea posible, desde el punto de vista de Dios con el fin de identificarnos con él por encima de los pecadores, incluyéndonos a nosotros mismos. Los seres humanos somos pecadores que cometemos traición cósmica en rebeldía contra nuestro Creador y Rey aunque Él nunca ha pecado contra nosotros. El teólogo R.C. Sproul nos recuerda:
Dios nos creó voluntariamente. Él nos dio el privilegio supremo de ser portadores de su imagen. […] No somos tortugas. No somos luciérnagas. No somos orugas ni coyotes. Somos personas. Somos portadores de la imagen del santo y majestuoso Rey del cosmos. No hemos utilizado el don de la vida para el propósito que Dios nos destinó. La vida en este planeta se ha convertido en el escenario en el que diariamente llevamos a cabo la obra de la traición cósmica. […] Ningún traidor de cualquier rey o nación se ha aproximado siquiera a la maldad de nuestra traición delante de Dios. […] Cuando pecamos como portadores de la imagen de Dios, le estamos diciendo a toda la creación, a toda la naturaleza que está bajo nuestro dominio, a las aves del cielo y a las bestias del campo: «Así es como Dios es. Esta es la forma como su Creador se comporta. Miren a su espejo; mírennos a nosotros y verán el carácter del Todopoderoso». Nosotros le decimos al mundo: «Dios es avaro; Dios es cruel; Dios es amargo; Dios es un asesino, un ladrón, un calumniador, un adúltero. Dios es todas estas cosas que nosotros estamos haciendo» (1).
¿Qué haría usted si fuera Dios y fuera tratado como él lo ha sido por los pecadores en general, y por nuestros primeros padres, en particular? ¿Sería su reacción instintiva actuar en gracia hacia los pecadores buscándolos, hablándolos, enseñándolos, protegiéndolos y prometiéndolos que el segundo miembro de la Trinidad vendría como el último Adán para sufrir y morir a manos de los pecadores para su salvación? [NOTA: 1 Cor. 15:45.]. El sorprendente relato de Génesis nos muestra a un Dios que nadie hubiera inventado jamás, porque él hace lo que nadie jamás hubiera podido predecir.
Más adelante, en la historia de la Biblia, aprendemos que, de hecho, Jesús vino a salvar al hombre de sus pecados [NOTA: Mt. 1:21.]. Lo hizo al convertirse en el sucesor que triunfó donde el primer Adán fracasó [NOTA: 1 Cor. 15:45.]. Él murió en nuestro lugar por nuestros pecados y resucitó para nuestra salvación. Las buenas noticias de la Biblia son que somos más malos que podemos imaginar, y que Dios es mas amoroso que podemos esperar.
Todos somos el hijo pródigo que odiaba a su padre amoroso, salió de la casa, malgastó sus recursos, y persiguió su propia destrucción. Cuando vemos el padre corriendo para abrazar y bendecir a su hijo arrepentido, nos anima hacer lo mismo, experimentar el mismo abrazo, y recibir la misma gracia.
Notas:
- R. C. Sproul, The Holiness of God (Carol Stream, IL: Tyndale, 2000), 115–16. Publicado en español con el título La santidad de Dios